Buenos días, queridos hoy descubriremos 8 efectos por comer brócoli no se pierdan esta información estoy seguro de que les gustará.
El brócoli es uno de los mejores, saludables y superalimentaos, no existe nada negativo que decir sobre su consumo. Este tipo de alimento vegetal contiene vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra; es bueno para el corazón, el cerebro, los huesos, el sistema inmunológico y la salud intestinal.
Así que vamos a ver cuántos sorprendentes positivos a consumirlos. Sigue leyendo y para otro alimento saludable no te pierdas Los 6 mejores alimentos que curan tu cuerpo
El brócoli puede provocar gases
Hay un efecto secundario secreto de comer brócoli, especialmente el crudo, que dejará de ser un secreto si, por ejemplo, lo experimentas en un coche lleno de gente con las ventanillas bajadas: las flatulencias.
El brócoli provoca gases e hinchazón a lo grande. Un informe publicado en la revista Gastroenterology & Hepatology detalla la sintomatología gaseosa y sus diversos desencadenantes con un detalle insoportable. Según la revista, el brócoli, al igual que sus primas crucíferas, la col rizada, la coliflor y el repollo, suele ser una de las verduras que más gases produce.
Ya lo sabes, pero ¿sabes por qué? Está cargada de rafinosa, un azúcar compuesto por tres sacáridos -galactosa, glucosa y fructosa- que viaja sin digerir por el intestino delgado hasta que las bacterias del intestino grueso la fermentan, lo que produce gas metano. Esta verdura rica en fibra también contiene glucosinolatos, compuestos de azufre que el intestino descompone en el gas de olor a huevo podrido que es el sulfuro de hidrógeno.
El brócoli puede afectar a la tiroides
El brócoli pertenece a una categoría de alimentos llamados goitrógenos. «Los goitrógenos son alimentos que contienen un compuesto llamado ‘goitrina’, que puede interferir con la síntesis de las hormonas tiroideas, cuando se encuentra junto a una deficiencia de yodo», dijo un miembro de nuestra Junta de Expertos Médicos. Pero no se preocupe, calentar estas verduras que, junto con el brócoli, incluyen la coliflor y la col, mitiga este efecto. «Calentar las verduras crucíferas elimina su actividad goitrogénica», dice Hembree. Como verás a continuación, los beneficios para la salud del brócoli superan con creces los inconvenientes, sólo asegúrate de comerlo con moderación.
El brócoli puede reducir la inflamación
La ingesta de brócoli parece desempeñar un papel en la reducción de los niveles de PCR, o proteína C reactiva, en la sangre, un marcador de inflamación. Su médico puede solicitar un análisis de sangre de PCR para determinar el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria, un estrechamiento de las arterias, basándose en los resultados. Un estudio publicado en el International Journal of Food Sciences and Nutrition evaluó una intervención dietética basada en el brócoli en un grupo de jóvenes fumadores. Después de 10 días comiendo una ración típica de 250 gramos de brócoli al día, los fumadores vieron cómo sus niveles de PCR en plasma disminuían una media del 48% y sus niveles útiles de folato y luteína aumentaban un 17% y un 29% respectivamente.
Brócoli y vaso sanguíneo
El brócoli y su compañera la col de Bruselas pueden mantener las arterias y las venas limpias. A partir de los datos de 684 mujeres australianas de edad avanzada, los investigadores que publicaron un informe en el British Journal of Nutrition descubrieron que un mayor consumo de estas y otras verduras crucíferas se asociaba a una menor extensión de las enfermedades de los vasos sanguíneos.
Las mujeres que comían más brócoli y coles de Bruselas eran menos propensas a tener una acumulación de calcio en la aorta, un signo clave de enfermedad arterial estructural extensa.
El brócoli y el hígado graso
No hace falta ser hepatólogo para reconocer que un ramillete de brócoli es una opción mucho mejor que una porción de pizza de pepperoni o unos caramelos Twizzlers hechos de jarabe de maíz y azúcar. Pero conviene tener en cuenta que cuanto más se siga la dieta occidental estándar, rica en grasas saturadas y azúcares, más probabilidades hay de desarrollar lo que se conoce como enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA), que puede evolucionar hacia la cirrosis y el cáncer de hígado.
Si te llenas de brócoli, es muy probable que consumas menos alimentos azucarados y grasos que puedan dañar tu hígado. Pero el brócoli puede aportar más beneficios que la mera sustitución de alimentos poco saludables: Un estudio con roedores publicado en The Journal of Nutrition demostró que los ratones alimentados con una dieta diseñada para imitar una dieta humana grasa y azucarada experimentaron una reducción de los triglicéridos en sus hígados y un menor riesgo de cáncer de hígado tras recibir un suplemento de brócoli durante seis meses.
El brócoli puede reducir el riesgo de cáncer
No está ni mucho menos demostrado, pero muchos estudios con roedores y humanos demuestran que el consumo diario de verduras crucíferas tiene un menor riesgo de padecer cáncer de próstata, colon, pulmón y mama, según el Instituto Nacional del Cáncer.
Las lanzas de brócoli pueden mantenerte alerta
Probablemente no pienses mucho en la vitamina K, uno de los antioxidantes menos conocidos, pero harías bien en ponerte al día con la vitamina que se encuentra en las verduras verdes. Un estudio de 2015 en Nutrients demostró una asociación entre una mayor ingesta de vitamina K y la función cognitiva en personas de 65 años o más. Otros estudios sugieren que los efectos antioxidantes de los compuestos de azufre del brócoli y otras verduras crucíferas pueden proteger contra la demencia y los accidentes cerebrovasculares.
El brócoli puede ayudar a vivir más tiempo
Una ración de brócoli es una buena fuente de fibra dietética baja en calorías, unos 3 gramos por sólo 30 calorías, por lo que comer unos cuantos tallos y otros alimentos ricos en fibra le pondrá en el camino hacia el objetivo recomendado de 25 y 38 gramos diarios para mujeres y hombres respectivamente. Un meta-análisis de estudios de observación publicado en The Lancet descubrió un descenso del 15% al 30% en la mortalidad por todas las causas y una menor incidencia de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal en las personas que comían más fibra frente a las que comían menos.